Muchas veces hemos visto imágenes
de guerras y de personas que mueren en algún país que nos parece lejano, pero
muy pocas nos preguntamos quién está detrás de estas imágenes, cómo ha llegado
a conseguirlas y qué sienten quienes las toman al presenciar esas escenas.
Esas imágenes son posibles
gracias a los fotógrafos de guerra, quienes deciden llevar su pasión por este
arte a otro nivel, y abandonar la comodidad de un estudio para arriesgar su
vida y hacernos llegar el día a día de tantas personas.

Por eso, un buen fotógrafo de
guerra es aquel que consigue evadirse de la situación y pensar en que tomando
esa imagen podrá hacer que los demás abramos los ojos, y que los que tienen en
sus manos el poder de ayudar se den cuenta y hagan algo por remediar esas
situaciones.
Puede haber gente que considere
desalmado el trabajo de los fotógrafos de guerra diciendo que lo que hacen es
lucrarse a costa de la muerte de otros, pero ¿es desalmado alguien que arriesga
su propia vida yendo a una guerra para mostrar la realidad a todos?
En mi opinión, el trabajo de los fotógrafos
de guerra es algo digno de admiración; son personas que dedican su vida a hacer
que veamos cómo es el mundo, se ponen en peligro para que esas situaciones no
queden en el olvido. Hacen un trabajo que la mayoría no tendríamos el valor o
la fuerza de afrontar y sin el cual, viviríamos ajenos a las atrocidades que
nos rodean.